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Saltapura

En Concepción

En Concepción

Allá por los años 91 ó 92 nos reunimos en torno al We Xipantu los integrantes del Hogar Mapuche “Pegun Dugun” y algunos invitados. Los peñi del Pegun Dugun (una veintena) vivían en una casa de dos pisos en el barrio Pedro de Valdivia o sector Costanera (rivera norte del río Bío Bío). Yo trabajaba para una ONG y allí conocí como compañero de equipo a Adolfo Millabur. Él vivía en el mencionado Hogar.

 

Acordamos juntarnos por la noche. Yo estaba encargado de invitar a otros peñi y lamgen que vivían por allí, pues los muchachos del Pegun habían llegado hace poco por la ciudad y deseaban conocer a otros peñi o lamgen. Casi todos provenían de la provincia de Arauco, de Cañete al sur.

 

Mis invitados llegaron esa noche al barrio: el peñi Andrés, de poco más de 20 años, que vivía muy cerca de allí con su joven esposa, y al que le gustaba mucho tocar la xuxuka (trutruka); alguien de la familia Calfulén, no recuerdo si fue Silvia o Lorenza; y mi tía Guillermina. La tía llegó con una bolsa. Después de ser presentada a los dueños de casa, pidió que le dijeran quién hacía de logko. Le dijo “en mi tierra, cuando alguien va de visita, siempre lleva un regalo”. Enseguida entregó el bulto que contenía muchas doradas sopaipillas. Tomamos mate, nos conocimos un poco más, disfrutamos mucho. No hubo invitados chilenos, ni lo hicimos público. Esto porque no se trataba de una celebración pública, no existía la motivación de fortalecer lazos con organización chilena alguna. En definitiva, se trataba de aprovechar la instancia para conocer a otros mapuche en un día tan especial. Por eso, fue casi como estar en casa.

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