ACERCA DE SALTAPURA
Saltapura es una comunidad mapuche, ubicada a 16 km al sur de Nueva Imperial (IX Región). Allí no hay muchos niños. Las personas, a medida que van creciendo, la mayoría se van. La extensión de terreno para las actividades productivas es poca y no es capaz de albergar a todos los que nacen. Allí se vivía tradicionalmente de la siembra de trigo, avena y chacarería en menor cantidad. En la actualidad, varias familias han derivado al comercio de productos hortícola y algunas artesanías. También se mantiene una pequeña masa de ganado (vacunos, ovejas, cerdos y aves de corral). Ya nadie posee caballos; en otro tiempo cada hogar disponía de 2, 3 ó más de ellos. Queda poca gente de edad, de más de 70 años. El conocimiento tradicional se va perdiendo como ocurre en la mayoría de las comunidades vecinas. Legalmente, se le conoce como comunidad Martín Catrileo, pues así se llamaba uno de los actores históricos de esa época (fines del siglo XIX). Este antiguo se destacó por haber disuadido a su padre - el viejo logko Ñanculeo (Ñanku: ave rapaz, aguilucho; Bewfu: río) – en no continuar con la guerra que en ese entonces se tenía con el ejército chileno. Martín Catrileo era, al parecer, el menor de sus hijos y lo acompañó a la junta de Boroa (convocada por el logko mayor, en tiempos de guerra, Juan de Dios Neculman). En esa junta con representantes del ejército chileno se acordó el fin de la guerra. Se cuenta que el viejo Ñanculeo no tenía intención de hacer la paz. En años anteriores habían muerto varios integrantes de su lof, incluyendo su hijo Lincoleo, weicafe del grupo llamado “los de Salamanca”. También en esa guerra participó Rupaileo, una de sus hijas (también del grupo “los de Salamanca”). Ella sobrevivió y posteriormente se casó con un primo y se fue a vivir en las cercanías de Peleko. Martín Catrileo habría ganado la confianza de las autoridades chilenas y de ese modo lo convirtieron en responsable de la comunidad, al momento de hacerse la radicación. Parte de esta historia ha llegado a nosotros por boca de los viejos/as fallecidos y de los que quedan, especialmente Pablo Quintupill, actualmente elegido logko por la comunidad.
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