EL ROL DE LOS SABIOS MAPUCHE
En la familia mapuche, hasta hace unas décadas, todos sus integrantes estaban permanentemente comunicados. Los niños se dedicaban a jugar y a colaborar en algunas tareas como el cuidado de animales y el acarreo de leña o de agua. Los adultos se dedicaban a las tareas de mayor esfuerzo. Los más ancianos permanecían mucho tiempo en el hogar y realizaban actividades productivas menores. Había momentos en que todos se reunían; por ejemplo a la hora de las comidas alrededor de la mesa y por las noches en torno al fogón. En esos instantes, los más adultos comúnmente tenían la oportunidad de contarle a los niños y jóvenes los conocimientos adquiridos en sus años de vida: el tuwvn[1], el kvpan[2], el nvxam[3]y también relatos literarios a través de la conversación, a través del zugun[4]. Igualmente los padres y otros adultos participaban activamente de este proceso a través de distintas instancias que ofrece la oralidad. Algo de esta actividad pedagógica tradicional es practicada por las familias actuales. Este texto forma parte de una Conferencia dictada durante el desarrollo de las primeras Jornadas de Historia, organizada por la UNAP, en su sede de San Bernardo, los días 2, 13 y 14 de octubre de 2007.
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